Si algo tienen los deportes acuáticos de viento y playa es que están en constante evolución. Esto significa, por un lado, que la innovación en cuanto a técnicas, construcciones y estilos es el pan nuestro de cada día. Pero también implica que aparezcan “mutaciones” constantemente: ¡aquí tenemos el wingfoil!
Vamos a dedicar esta entrada de nuestro blog a este “nuevo” y último miembro de nuestra familia de deportes de viento porque a todos los aficionados al kitesurf, windsurf y surf en cualquiera de sus variantes nos pasa parecido: vemos una tabla surcando las olas de otra manera ¡y queremos probar, probar y probar!
El ABC sobre el wingfoil
Van aquí unas explicaciones sencillitas para que entendamos qué es y de qué va el wingfoil. Se trata de una práctica deportiva en la que el rider utiliza dos elementos: una tabla y una vela que sujeta con las manos. Esto lo diferencia de otras prácticas y versiones muy similares, pero no iguales.
Eso sí, hay dos importantes matices a tener en cuenta. La vela (que llamamos “ala” y en inglés wing, de ahí el nombre) es por lo general hinchable y muy similar en estructura a las cometas del kite, mientras que la tabla, que puede ser de diferentes tamaños y formatos, tiene siempre un rasgo distintitvo: el foil (que también se traduce como ala o aleta, pero que llamaremos foil para no volvernos locos).
Aunque la disciplina como tal arranca en 2019 con el mítico Robby Naish en Hawaii, existían precedentes. Jim Drake, el inventor del windsurf, patentó un prototipo allá por 1981., y a partir de 2010 pioneros como Tony Logosz, Flash Austin y Ken Winner refinaron el diseño y su funcionalidad prueba que te prueba.
El secreto está en el foil
O sea, que si en tu próxima visita a Tarifa ves a alguien sujetando una especie de ala delta con las manos y subido a una tabla que parece que flota en el aire, no es que tenga un problema o esté haciendo magia; ¡está practicando wingfoil! Lo del ala vale, pero… ¿cómo es que la tabla “vuela”?
El fenómeno aerodinámico que hay detrás es lo que llamamos hydrofoiling, que viene a ser un principio por el cual el casco de una nave (en este caso, la tabla) puede elevarse sobre el agua sustentada sobre una aleta o quilla (con una forma determinada) sumergida en el agua cuando avanza la velocidad de navegación.
Simplificando: si a una tabla (del tipo que sea, aunque unas son mejores que otras, lógicamente) le pones una aleta con dos “alas” planas y coges algo de velocidad, la tabla se elevará por el aire y solo la aleta seguirá en contacto con el agua. Esto significa entre otras cosas que con apenas 10 nudos se puede navegar de maravilla…
Diferencias y semejanzas con el kitesurf
Llegados a este punto ya sabemos que el wingfoil triunfa porque el hydrofoil ha significado un salto increíble en cuanto a manejabilidad, velocidad y sensación de disfrute. Pero, ¿hasta qué punto se parece (o se diferencia) del kitesurf y otras disciplinas hermanas en las que hay olas, viento, tablas y alas?
En primer lugar están los materiales necesarios. En cuanto a la tabla, en el wingfoil todavía no hay una definición clara de la tabla ideal y hay varios estilos (incluso tablas híbridas con el foil desmontable) y tamaños. El ala es mucho más pequeña que la del kite y con forma de delta; lo que sí nos han copiado es el formato hinchable.
En cuanto a la práctica, es sumamente sencillo empezar con el wingfoil (por el manejo independiente del ala, sin barra como en el windsurf ni cuerdas como en el kitesurf) y la progresión suele ser rápida. Pero difícilmente puede llegar a ser tan espectacular como el kitesurf… Por el momento es más que nada un complemento al kitesurf en tarifa para los riders que disfrutan nuestro viento.